Las Rutas Wagnerianas son mi aportación a la investigación sobre la "Recepción de Wagner en Madrid". Estas "Rutas Wagnerianas", las presenté dentro de mi ponencia en el Congreso de Logroño, organizado por la SEdeM.
En breve sacaré, en formato bolsillo, una guía completa de estas "Rutas Wagnerianas" para el disfrute de todo el que las quiera realizar. De momento las podéis ver al final del power point que tenéis a continuación.
Aquí podeis encontrar las imágenes que acompañan a la ponencia del Congreso del día 08 de septiembre de 2012.
Esta es la presentación en power point de mi intervención en el Congreso de Musicología del día 8 de septiembre de 2012, en Logroño.
Viaje cultural de la ópera wagneriana en Madrid (1876 - 1925). from
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VIAJE CULTURAL DE LA ÓPERA WAGNERIANA EN MADRID (1876 – 1925)
María Dolores CASTELLÓN PÉREZ
INTRODUCCIÓN
La presencia y recepción de la ópera wagneriana en el Teatro Real, desde 1876 hasta 1925, es un hecho constatable hoy día. La selección de este período viene marcada por la representación de la primera obra operística de Wagner en el Teatro Real, ”Rienzi”, el día 5 de febrero de 1876, hasta su cierre, por deterioro del edificio, en 1925. Un paso previo para llegar a la presencia y recepción de la ópera de Wagner es conocer la actividad cultural y musical del momento, tanto previo como contemporáneo a través del repertorio sinfónico y operístico en Madrid (Teatro Real). Aquí podemos encontrar la programación de los otros teatros contemporáneos al Real. Así como una breve historia del Teatro Real. Y la programación que hubo durante las setenta y cinco temporadas, que ocupan, desde 1850, con la apertura del Real, hasta 1925, que fue su clausura. Y todo ello, relacionado con las óperas de Wagner y las circunstancias que rodeaban dichas temporadas, teniendo en cuenta a los directores y empresarios que intervinieron en el Real. Otro aspecto a tratar es cómo la Asociación Wagneriana influye positivamente en la presencia de la ópera de Wagner en el Real. La gran labor de difusión y educación, que realizó la Asociación Wagneriana, se une a la de otros simpatizantes que desde sus periódicos y revistas difunden lo que saben de Wagner y su obra. La recepción de la ópera de Wagner en el regio coliseo, es el reflejo de la recepción, del mismo, por el exigente público madrileño. Nos centramos en el Real, porque lo que pasaba allí era reflejo del resto de la ciudad, en materia operística, y más concretamente, con la ópera wagneriana.
La ópera wagneriana, se abrió paso en el elenco de óperas favoritas, llegando a su clímax frente a un público más informado y preparado que el de los comienzos de 1850. La gran labor de difusión y educación que llevaron a cabo los periodistas, músicos y asociaciones dieron su fruto. La presencia y la recepción de la ópera wagneriana en el Teatro Real desde 1876 hasta 1925, fue un hecho muy positivo que hoy podemos valorar gracias al avance de la musicología.
PRESENCIA DE LA ÓPERA WAGNERIANA EN EL TEATRO REAL
La primera ópera de Wagner estrenada en el Teatro Real fue Rienzi, el 5 de Febrero de 1876, le siguió Lohengrin, que fue estrenada el 24 de Marzo de 1881, Tannhäuser que se estrenó el 22 de Marzo de 1890; posteriormente se estrenó Die Meistersinger, el 18 de Marzo de 1893; Der Fliegende Holländer se estrenó el 27 de Octubre de 1896, y Die Walküre, el 19 de Enero de 1899. A comienzos del siglo XX se estrenan varias óperas de Wagner. El 7 de Marzo de 1901 se estrena Siegfried, el 7 de Marzo de 1909 se estrenó Götterdämmerung, el 2 de Marzo de 1910 el estreno de Das Rheingold, el 5 de Febrero de 1911 se estrenó Tristan und Isolde , y por último, el 1 de Enero de 1914 se estrena, en el Real, Parsifal. Los estrenos fueron grandiosos y las representaciones lo eran también.
Desde 1876, año del estreno de Rienzi, hasta 1925, que cierra el Teatro Real, se realizaron 107 representaciones de las óperas de Wagner. La obra más representada en ese periodo de tiempo fue Lohengrin, con 32 representaciones, seguida de Tannhäuser, con 18 representaciones, y en tercer lugar, Die Walküre, con 16 representaciones. Notable presencia de las óperas de Wagner en el Real. ¿Debida quizás a la aceptación de las mismas por el público madrileño?
La presencia de la música wagneriana fue el resultado de la evolución del gusto musical guiado por una “alfabetización” en el mundo wagneriano por diferentes simpatizantes y detractores del mismo. Todos influyeron, los que estaban a favor, con sus conferencias, traducciones de textos y libretos, y representaciones de fragmentos de sus obras por toda la ciudad. E incluso los detractores, contribuyeron a ello, con sus críticas y comentarios que daban qué hablar sobre la conquista wagneriana de Madrid.
ANALISIS DE LAS 75 TEMPORADAS DEL TEATRO REAL
Si analizamos las temporadas desde el estreno de Rienzi, vemos que en la temporada 26ª (1875 -1876) y 27ª (1876 – 1877) donde la abundancia de ópera italiana (13 y 9 veces en cartel respectivamente), seguida de la ópera francesa (4 y 6 veces en cartel), junto con otros conciertos y ballets (3 y 4 veces en cartel), y en la misma proporción las óperas españolas, alemana y Wagner (1 vez en cartel en la 26ª temporada y 1, 0, 1 respectivamente en la temporada 27ª), dejan constancia en el regio Coliseo de que la ópera italiana era la favorita en ese momento frente a la ópera wagneriana o española. Hasta la temporada 31ª (1880 – 1881) y 32ª (1881 – 1882) no se vuelven a poner en cartel ninguna ópera de Wagner, mientras que las óperas italianas y francesas son las más representadas. En las temporadas 35ª (1884 – 1885) y 36ª (1885 – 1886) vuelven a aparecer óperas de Wagner en cartel, tras sin haberlo hecho en las cuatro temporadas anteriores. Para volver a desaparecer hasta la temporada 38ª (1887 – 1888) donde se pone en cartel una ópera de Wagner frente a las 16 óperas italianas de esa temporada.
A partir de la temporada 40ª (1889 – 1890) la tendencia cambia, Wagner se abre paso de forma continuada en el repertorio del Real. Frente a las 7 veces puesta en cartel de la ópera italiana, y las 5 de la ópera francesa, Wagner consigue que pongan 2 veces en cartel una ópera suya en la 40ª temporada. A partir de esta temporada la cifra habitual de óperas en cartel de Wagner en el Real es de 2 o 3. Excepto en la temporada 52ª (1901 – 1902) con 4 veces puesta en cartel una ópera wagneriana. Un punto álgido en la presencia de la ópera wagneriana en el Teatro Real. Las temporadas posteriores se mantienen entre 1, 2 y 3 el número de veces que se ponen en cartel dichas óperas. De nuevo en la temporada 59ª (1908 – 1909) la cifra asciende a 4. Pero nada que ver con lo que está por venir. En la temporada 60ª (1909 -1910) se puso en cartel 5 veces una ópera wagneriana frente a las 7 veces de la ópera italiana. Incluso supera a las óperas francesas que solo se ponen en cartel 4 veces, y las españolas 2 veces en cartel. En la temporada 61ª (1910 – 1911) se ponen en cartel 6 veces la ópera wagneriana frente a las 11 veces de las italianas y las 4 veces de las francesas. Pero es en la 62ª temporada (1911 – 1912) cuando el número de veces que se ponen en cartel las óperas wagnerianas, 9 veces, se iguala al de las italianas, 9 veces. Esta temporada es la apoteosis wagneriana en el Teatro Real. Nunca antes ninguna otra ópera iguala en número a la ópera italiana, la ópera por excelencia del regio coliseo. En las siguientes temporadas el número de veces que se puso en cartel las óperas wagnerianas desciende oscilando entre 4, 3 y 2. En la 71ª (1920 – 1921) y en la 72ª temporada (1920 - 1921) el número de veces que aparece en cartel una ópera wagneriana es de 7 frente las 11 de la ópera italiana o las 5 de la ópera francesa. Estas cifras siguen siendo significativas. Aunque nunca más volverán a alcanzar los valores de la 62ª temporada. La 73ª temporada (1922 – 1923) desciende a 3 el número de veces puesta en cartel y finalmente en las temporadas 74ª (1923 – 1924) y 75ª (1924 -1925) se ponen en cartel 1 única vez una ópera de Wagner en el Teatro Real.
En definitiva, la presencia de las óperas wagnerianas en el Teatro Real es un hecho que podemos constatar a través de los datos recogidos en las gráficas elaboradas con la información del libro de Joaquín Turína Gómez (1997), los artículos periodísticos, o los programas de mano.
Los programas de mano no solo nos constatan el número de representaciones sino que nos informan de otros aspectos a tener en cuenta. Los programas de mano servían para introducir al público en la obra que iban a ver, aportan datos sobre los artistas, y todos los que intervienen y hacen posible la representación. Cuenta brevemente el argumento de la obra a ver. Y dan a conocer la publicidad de la época. Todo esto nos aporta información sobre quienes participaban de forma activa sobre el escenario, y además sobre los que hacían posible estas representaciones con sus aportaciones económicas y esfuerzo personal.
LA ASOCIACIÓN WAGNERIANA DE MADRID
La asociación wagneriana juega un papel importantísimo en la difusión y alfabetización del público. Los miembros de esta asociación formaban parte de la vida política, económica y cultural del momento. Entre todos consiguieron difundir la cultura wagneriana por la ciudad y el país. Organizaban conferencias, conciertos sinfónicos de fragmentos de las óperas de Wagner y otros contemporáneos. Publican artículos periodísticos, críticas musicales y traducciones de textos y libretos para hacerlos más próximos al público. Se crea un autentico movimiento cultural entorno a la figura de Wagner.
Todo este movimiento cultural, político y social entorno a Wagner, genera unas influencias mutuas. Los que pudieron viajar a Alemania y entrevistarse con Wagner y su familia, lo hicieron. Y pudieron constatar que Wagner conocía España, aunque fuese a través de su literatura. La peregrinación a Bayreuth, se hizo posible y las ganas de ceñirse a las instrucciones de Wagner para sus creaciones operísticas se tornaron en obsesión de unos cuantos que podían y deseaban llevarlo a cabo. No solo en el plano escénico, sino en su forma compositiva Wagner influye a los músicos Españoles. Hay un ejemplo claro dentro de la ópera española: El final de Don Álvaro y La tragedia del beso de Conrado del Campo. En ella se refleja la “asimilación del wagnerismo imperante en esos años como su interés por desarrollar los ideales de la ópera española.”[4]
Tras analizar los comentarios de los que estaban a favor y en contra de las forma de hacer de Wagner he concluido que todos querían participar en ello. Tanto los que no estaban de acuerdo y despreciaban la forma de componer y estructurar sus obras expresaban su opinión y querían ser oídos. Y los que si apoyaban a Wagner y su forma de componer, viendo en ello una evolución hacia un futuro que todavía no había llegado a España. La estética wagneriana era diferente a lo que hasta el momento se estaba haciendo en España y conocerla requería un esfuerzo, que algunos no estaban dispuestos a reconocer.
RECEPCIÓN DE LA ÓPERA WAGNERIANA EN EL TEATRO REAL
La recepción de la ópera wagneriana en el Teatro Real a través de las publicaciones periódicas es una actividad apasionante. La constatación de las representaciones wagnerianas en el Real y en otras salas de conciertos quedaba reflejada en los anuncios que aparecen en la prensa. También aparecen las críticas a los estrenos y los textos divulgativos previos a los estrenos. La gran labor de difusión y divulgación que realizó la prensa jugó un papel decisivo para la recepción wagneriana en Madrid y en el Real. En la prensa podías encontrar textos a favor y en contra de las representaciones y de la cultura wagneriana. Pero también, información sobre los intérpretes, los productores y todo lo que formaba parte del Real y sus representaciones.
Un aspecto decisivo en las representaciones teatrales o musicales es el público. La evolución del gusto musical y las innovaciones que se introducen en las representaciones, junto con un gran trabajo de alfabetización por parte de los medios y las asociaciones culturales del momento, hacen del público del Real un público único. Es un público más culto en cuestiones wagnerianas, más crítico, más exigente y más preparado para el cambio en la escena y en el patio de butacas. Les gustase o no, lo que veían en el Teatro Real no se podía ver en ningún otro lugar de la ciudad. Ningún otro teatro representaba las óperas wagnerianas al completo como en el Real. Se interpretaban fragmentos sinfónicos en otras salas de la ciudad. Pero las óperas completas, en ocasiones recortadas, ya que el público madrileño no estaba acostumbrado a obras de tan larga duración, y la extensión de la obra excedía al horario de apertura del teatro. Los decorados, la maquinaria escénica y el vestuario, realizados expresamente para las óperas wagnerianas. La iluminación, el hecho de apagar las luces durante la representación. La colocación de los músicos fuera de las primeras filas del patio de butacas y ubicados en el foso debajo del escenario. Todos estos cambios crearon una nueva forma de entender la ópera que hizo posible que las óperas wagnerianas se abrieran paso entre todas las demás.
RUTAS WAGNERIANAS EN MADRID
El público del Real no solo asistía a las representaciones que allí se daban por lo que nos lleva a pensar que realizaban unas “rutas culturales” que presentamos a continuación.
La primera ruta que proponemos es la de los Teatros que representaban fragmentos de las óperas de Wagner, y denominaremos TEATROS WAGNERIANOS. En segundo lugar, los sitios de reunión dónde los simpatizantes de la corriente wagneriana se juntaban para hablar y debatir diferentes cuestiones del momento, LUGARES DE REUNIÓN WAGNERIANOS. Y por último, el resto de teatros que existían en la capital, TEATROS DE MADRID. Todo ello nos hace reflexionar sobre la vida musical y cultural en la ciudad de Madrid. Algunos de estos teatros no los encontramos en la actualidad, en su lugar hay edificios de viviendas, casas particulares, cafeterías, bancos, etc. Pero otros sí que están aunque, en ocasiones han tenido varias ubicaciones hasta llegar a la actual. Las rutas que proponemos son a pie o en metro por lo que los teatros están organizados en torno a las paradas de metro más cercanas a dichos lugares.
El volumen de teatros de la capital es un indicio de la gran actividad musical y cultural de la ciudad. Los ciudadanos transitan de un teatro a otro participando de forma activa de este fluir cultural. Con la finalidad de comprender, de forma más visual, las rutas teatrales que realizaba la población en este periodo, he realizado un listado de teatros y salas de representaciones, y posteriormente los he ubicado en el plano de Madrid.
Tomando como referencia los artículos periodísticos, que hablan de la vida teatral de Madrid, y los libros de Ana Suarez Perales y de Pedro Felipe Monlau he confeccionado el siguiente listado de teatros de la capital durante el periodo que nos ocupa. Este listado está dividido en tres partes:
· Teatros madrileños del siglo XIX. Teatros provisionales (s. XIX), que están ubicados en el callejero de color rojo.
· Teatros madrileños del siglo XIX. Teatros estables (siglo XIX), que están ubicados en el callejero de color azul.
· Teatros madrileños del siglo XX, que están ubicados en el callejero de color morado.
Esta división atiende a que algunos de los teatros tienen una vida breve o son reubicados en varias ocasiones debido a diferentes causas (derribos, incendios, cambio de propietario, etc.). Por el contrario hay otros teatros, los estables, que tienen un asentamiento más continuado en la ciudad. La vida de cada teatro es diferente en cada caso y depende de multitud de factores.
En definitiva, la presencia y recepción de la ópera wagneriana en el Teatro Real fue un hecho constatable, y que generó una revolución estética y musical. Influenció a más personas y estilos de los que en un principio se pensaba. Y que aún hoy sigue de rabiosa actualidad abriendo nuevos frentes de investigación.
BIBLIOGRAFÍA
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